miércoles, 6 de octubre de 2010

Una broma muy cara

 Ahora que Zapatero ha conseguido quedarse un año más en La Moncloa, gracias al pago realizado al PNV a través de los Presupuestos Generales del Estado, hemos conocido las cuentas de nuestro país para el próximo año. Hace unos días leía con cierto asombro y estupor en El Mundo, una noticia que más bien podría localizarse en el Día de los Inocentes.

Decía el titular algo así como que el Senado se gastará en 2010 la friolera de 350.000 euros para que nuestros senadores del Reino se puedan entender. Pero el que no entendía muy bien lo que estaba leyendo era yo. Esto era surrealista, pero era cierto.

Y es que gracias a esos escandalosos y caros acuerdos que el PSOE y Zapatero están firmando con los nacionalistas, para prorrogar un gobierno en el que ya no creen ni los propios socialistas -y si no que se lo digan a Tomás Gómez, el rival de Esperanza Aguirre en Madrid-, ahora nuestros senadores, castellanoparlantes todos ellos, necesitan traductores para sus sesiones en el Senado.

Cuando Zapatero por fin se da cuenta de que estamos en crisis, después de haberla negado por activa y por pasiva, y cuando aprueba recortes en el gasto público y exige sacrificios a los pensionistas, trabajadores y funcionarios, los presupuestos del Senado recogen 350.000 euros para que los senadores puedan dirigirse al pleno en catalán, gallego, euskera y valenciano.

Casi nada la broma. En cada sesión habrá ocho traductores para traducir al castellano las intervenciones de los senadores de España. En fin, poco más que decir de otra de esas decisiones de Zapatero que no son entendibles por la mayoría de los españoles.

Lo malo es que mientras en Jaén vemos que sí hay dinero público para estas chorradas, en los Presupuestos Generales del Estado no aparece ni un euro para proyectos tan importantes y necesarios como la presa del Río Eliche, la conexión ferroviaria entre Jaén y Granada, el soterramiento de las vías del tren, o para el traslado del Cuartel de la Guardia Civil. Sr. Zapatero, menos traductores innecesarios y más inversiones.

Escucha aquí El Comentario de Miguel Martinez Rayo