lunes, 25 de octubre de 2010

PRESUPUESTOS Y REMODELACION DEL GOBIERNO

El debate de los Presupuestos en el Congreso es obligado aunque innecesario en mi criterio. Una vez asegurados los votos imprescindibles, en éste caso sobrepasados por la oportunista adhesión de CC, su tramitación solo responde a la obligación de cubrir el trámite por más que  las correspondientes intervenciones de los portavoces de los Grupos  reiteren  sus manidas  propuestas,  con más o menos sentido. Los Presupuestos serán aprobados porque en el mercadeo político un partido ha obtenido prebendas de todo tipo que sin duda debilitan el concepto de  Estado y suponen una dificultad añadida a la necesaria uniformidad de la gobernabilidad del País. Adelgaza el Estado engordan las C. A. y se amplía la brecha igualatoria entre todas estimulando las pretensiones independentistas de las de siempre.
Lo verdaderamente sustancial de la aprobación de  estos Presupuestos estriba en facilitar al Gobierno un tiempo imprescindible para mantener  sus aspiraciones de conservar el poder , que, en definitiva, constituye su principal objetivo,  aunque  para ello debería verse  acompañado  por  un milagro que facilitara una mejora económica con notable repercusión en la creación de empleo. Esta  posibilidad, casi improbable, ha pretendido apuntalarla con el impacto que, en teoría, supone la amplia remodelación ministerial, dónde han sido sacrificados los Ministros que restaban rentabilidad electoral sustituyéndolos por otros de perfil más  afín a las directrices del partido que, en principio, parecen  permitir una mejorar de  la imagen electoral del ejecutivo. La estrategia se complementa con  la  entronización del Sr. Pérez Rubalcaba, experto mullidor de los asuntos de estado, a quien corresponde   rematar el fin  de ETA, última decisiva  baza  con  suficiente carga para  influir notoriamente (?) en los resultados electorales.
Sin embargo las perspectivas no parecen  deparar el milagro a que me he referido. Los pronósticos  coinciden en señalar  que si se produce una mejora de nuestro entorno económico carecerá, al menos durante algunos años, de la fuerza suficiente para  permitir crear empleo neto, circunstancia que se produciría, según el consenso general, cuando nuestro crecimiento supere  el 2%.  Son muchas  las dudas que  suscita  el devenir más inmediato, dónde  anidan problemas muy específicos  de lenta y difícil solución.  La primera de las grandes incógnitas pasa por el cumplimiento de la reducción del déficit para el  próximo año ya que las muy optimistas previsiones de crecimiento, del que, obviamente,  depende la generación de los ingresos presupuestados, no parecen gozar del consenso de analistas y organismos públicos y privados.  Al final, a pesar de  negarlo reiteradamente, sí existe un Plan “B” que, en principio, no interesa publicar porque, en definitiva, en su caso, consistiría  en una sustancial elevación de impuestos  (“tomaremos las medidas que sean necesarias si  fallan los planes previstos”, palabras de la Sra. Salgado) si los datos de Junio y sus correspondientes proyecciones confirman la imposibilidad de alcanzar los objetivos presupuestados.  Es decir, todo un poema.
 Ignacio Villar, tertuliano de así son las Mañanas en Jaén