Dice el refrán que al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Y creo que esta frase bien puede resumir la situación actual en el plano socio-económico por el que está atravesando nuestra provincia de Jaén. Si miramos los indicadores económicos de renta que publican diversas entidades, en el cómputo total de provincias españolas siempre estamos en el furgón de cola. Y si ya de por sí nuestra situación es delicada, la actual crisis económica que estamos padeciendo viene a rematar la faena. En esta situación, se supone que las diversas administraciones tienen que primar los proyectos que sean más necesarios en las zonas desfavorecidas. Cae por su peso, que puestos a sacar las tijeras podadoras para recortar proyectos y presupuestos siempre será más llevadero que un ayuntamiento elimine las copas de vino español de las abundantes recepciones, actuaciones y saraos varios que llenan las agendas que, por ejemplo, las ayudas sociales a los colectivos necesitados, o como ahora se dice, “en riesgo de exclusión social”, que queda más elegante. No siempre se cumple este criterio de prioridades, pero a la vista está que es lo más lógico. Aunque, todo sea dicho, lógica y planteamientos políticos no van cogidos de la mano.
El “gobierno amigo” de Jaén, que es tanto el autonómico como el central, ha decidido tomar medidas en el alarmante déficit que poseen en sus arcas y como ahora la crisis sí que existe y va de verdad, hay que apretarse el cinturón porque la situación es complicada. Y puestos a recortar gastos, resulta que nuestra provincia de Jaén sufre el mayor tijeretazo con la paralización de la autovía A-32, que conectaría Linares con Albacete. Y digo “conectaría” porque de todos nosotros, los de la presente generación, creo que ninguno vamos a tener la dicha de ver a estas dos ciudades conectadas por autovía. Y el caso es que nuestros políticos siguen a lo suyo, a tirarse los trastos: que si la autovía es socialista, que si es de los del PP… Y la paralización que se le ha dado ¿de quien es?
Jaén ya se había hecho a la idea de que era posible, aunque fuera un proyecto a largo plazo, unir nuestra tierra con el levante. Esta autovía no sólo iba a dar abundantes puestos de trabajo. Iba también a impulsar el desarrollo a través de esta gran infraestructura. Y numerosas localidades veían ya en la autovía una palanca de progreso. Con los niveles de “oferentes de empleo” (como ahora parece ser que se llaman los parados) que tiene nuestra tierra, venía de perlas esta autovía. Así de bien pintaban las cosas, cuando el gobierno central dice que de lo dicho, nada. Y que se congelaban (o en ese argot tan pedante de los políticos, se “reprogramaban”) los tres tramos que iban desde Úbeda hasta Villanueva del Arzobispo. Luego, como gesto de buena voluntad, admitieron que se habían colado con las reprogramaciones y parece que el tramo de Úbeda a Torreperogil, aunque había sido nominado, al final podía seguir en la casa del Gran Hermano. Pero los otros dos tramos, de Torreperogil a Villacarrillo y de Villacarrillo a Villanueva del Arzobispo, que no se hicieran ilusiones: eran nominados y expulsados de la casa y ya veremos si concursan en otras ediciones del Gran Hermano.
En fin, la ya de por sí flaca economía jaenera tiene que soportar no unas pocas pulgas, sino una invasión en toda regla, gracias a los recortes del Ministerio de Fomento. En vez de apoyar a las provincias con menor renta y más dificultades económicas, parece que el señor ministro se preocupa de no mosquear demasiado a las regiones que sí patalean y reclaman y no enfadar a los partidos nacionalistas que son necesarios para que sigan aferrados al sillón gubernamental. Pero no sé lo que es peor: si este injusto recorte de inversiones públicas en nuestra tierra o la secular pasividad e indolencia de los que vivimos en ella. ¿Han escuchado ustedes anuncio de manifestaciones para reclamar que el gobierno cumpla con Jaén? ¿Dónde están las quejas de los sindicatos frente a estas medidas que van en contra del empleo? ¿Qué protestas planean realizar los colectivos sociales frente a esta clamorosa discriminación? Mucho me temo que este “tejido asociativo” sigue más pendiente de coger las subvenciones que lo anestesian que de denunciar las realidades que empobrecen nuestra provincia.
Un último ruego. Ya que los tramos de Torreperogil a Villanueva del Arzobispo de la A-32 duermen el sueño de los justos, con el consiguiente cabreo de los agricultores a los que se les ha arrancado los olivos para no hacer nada, por lo menos, quiten los carteles. Porque a algunos nos huele a recochineo eso de “acortamos distancias, acercamos personas”, que luce en los carteles. Tal vez se acorten distancias en otras provincias, pero no en Jaén. Y es curioso. Cuando pasas por la entrada de Villacarrillo desde Úbeda y contemplas este cartel, se ve a lo lejos, mirando hacia el Condado, un puente de varios arcos de la línea ferroviaria Baeza-Utiel, que nunca llegó a conectar nuestra tierra con el levante. Y luego dicen que la historia no se repite.
Antonio Garrido de la Torre